Opinión

Debemos saber que en la asignatura de Lenguaje III realizamos microclases en donde a cada pareja se le da un tema para tratar textos literarios o textos no literarios, por lo que trabajamos como profesores, al momento de realizar nuestras clases, y también como alumnos cuando nuestros pares realizan sus clases.

Para realizar mi opinión me centraré en la microclase realizada por mis compañeras Rogerio Gandara y Patricio Olmos, que trabajaron un texto no literario, específicamente la carta, en un marco temporal de 45 minutos, y fueron llevadas a cabo por nosotros mismos.

Voy a hablar de cómo se intencionó explícitamente el Modelo de Flower y Hayes en la clase, lo podemos observar al inicio, a través de la lectura de un cuento, que incluía una situación comunicativa que propiciaba el uso de una carta. Por lo que busca que los alumnos estén conscientes del propósito de lo que van a escribir, también se deja en claro cuál es la audiencia y los objetivos propuestos para llevar a cabo la textualización de una carta.

En el desarrollo, podemos ver que el modelo se ve en la parte en que realizaron generación de ideas, pero no las registraron en la pizarra, para así trabajar con esas mismas ideas planteadas por los alumnos. Para la redacción, esta no fue vista explícitamente como un proceso que realiza un experto escritor, no nos hicieron estar conscientes de lo que estábamos escribiendo.

En la revisión, fue vagamente explicitada durante el paseo pedagógico efectuado mientras los alumnos escribían la carta.

En líneas generales, el Modelo de Flower y Hayes fue explicitado, pero faltó darle mayor profundidad en algunos pasajes de la microclase. Le aconsejo trabajar con mayor profundidad la intención que se le da a los procesos que se generan en la labor de escribir.



Pablo Arancibia Olmedo.
Estudiante de Educación General Básica.
Universidad Andrés Bello.